martes, 25 de septiembre de 2007

Cosas de la ciudad de mierda

Fui a comprar silicona para perfumar el Dodge. Lo lavé después de varias semanas. En la puerta del local el dueño charlaba con una vieja. Elogiaban al nuevo jefe de la policía. El tipo decía que antes tenía miedo de pasar con la camioneta por el puentecito porque había cutro o cinco negros que por poco no te pedían peaje y que ahora ya no estaban más porque había más canas en las calles.
La vieja dice: ¿pero no escuchaste lo que dijeron esta mañana en la radio: que un periodista, que
antes trabajaba en el diario y que ahora se fue a Córdoba, se quejó porque en el baile palpaban a
los que entraban para ver si no tenían armas?
El tipo: Y bueno, cada cual piensa lo que quiere
Ella: Pero a vos te parece?
El: Pero hasta en la entrada de las canchas palpan a todos y nadie se queja...
La doña: No, no, no... Ahora sí están haciendo las cosas bien... No hacen diferencia con nadie. Identifican a todos por igual.
El vago: Si uno anda en la buena no tiene porqué tener miedo...
Ella: Yo no tengo problemas. Si me quieren llevar para identificarme, subo al patrullero sin problemas.
Ella se va cuando por fin se da cuenta que yo quiero entrar al local yestoy esperando que de una vez por todas se calle la boca.
Entro. Después entra el dueño
Y dice: Pero quién te va a querer llevar a vos vieja e mierda... 

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